Es una práctica cuyo fin es reducir el consumo de energía; en otras palabras  se trata de optimizar los procesos productivos y el empleo de la energía, utilizando menos para los procesos de  producción. En este tipo de estudios se evalúan los equipos existentes en la industria o comercio, con el fin de determinar el rendimiento energético de cada uno. Una vez realizado el estudio se calculan los ahorros obtenidos con las mejoras. También se calcula la reducción de la huella de carbono una vez sean implementadas estas.